Ella apareció por la puerta del taller levitando, balanceándose a uno y otro lado, y tras de sí apareció una esbelta silueta que escapaba poco a poco del contraluz, y ella descendía hasta tocar suelo, alzando sus brazos lastimados y pidiendo clemencia, con la aptitud de una criatura enferma acudiendo a la visita del doctor.
-¿Tiene solución?-preguntó su dueña.
-En la vida muchas cosas no la tienen- le contesté-pero en tapicería solemos decir siempre que sí.
Si tuviéramos un trozo de tela para arreglar esos brazos...
-La tenemos- y con una sonrisa sacó una bolsa con un retal.
-Ah, pues ya está. Será coser y cantar. El asiento parece estar más nuevo que el resto.¿que lleva cojín?
-Sí-asintió-pero lo dejé en casa.
Y yo refunfuñé, sin hacerme notar...
Repusimos la zona dañada con el paño nuevo de ropa.
Antes del verano le pedí al mecánico una patilla de doble vivo para la máquina, pero parece haberse olvidado. Para hacer el vivo doble, explico como lo hago con una patilla de vivo simple. A falta de pan buenas son tortas.
Para empezar cortamos una tira de unos cinco centímetros por el largo que queramos cubrir.
Le aplicamos un poco de cola y dejamos secar. Esto es para que no deshilache cuando la cortemos. Opcional pero recomendable para según que telas.
Aquí apreciamos que la patilla solo tiene hendidura para un cordón. Cosemos un vivo ...
...y luego el otro.
Y cortamos el sobrante, sin que suelte molestos hilos
A continuación lo colocamos tapando las grapas del tapizado y grapamos entre los dos cordones.
También podemos usar silicona caliente o cola, pero entonces no nos cerrará.
Con un destornillador y un martillo hundimos bien las grapas.
Y con el martillo acabamos de cerrarlo bien.
La saqué a la calle, inclinándome hacia ella con el índice levantado.
-Que sea la última vez que vienes así. Al tapicero se viene uno con todo, ¡que me desluces el post, leches!
Ella no se inmutó. Parecía feliz.
Esta entrada participa en la cita de los jueves de Nika.