domingo, 31 de marzo de 2013

Blanco y negro, el final del invierno


Hola a tod@s. Hoy les muestro una pareja de sillas que empiezan a oler a añejo, desafiando al paso del tiempo con cierta soltura, desde su humilde rincón, sabiéndose lóngevas siempre que los herederos de sus constructores les hagan una puesta a punto cada cierto tiempo.
Así los tapiceros, como los cirujanos en las personas regeneramos sus órganos vitales y les cambiamos la piel, y junto a los traumatólogos, a los ebanistas y los barnizadores, a los restauradores de muebles creamos una especie de fuente de la juventud eterna que si no es infinita, sí puede alargar su esperanza de vida varias generaciones humanas.


El cliente nombró varias veces la palabra vintage, que cada día tengo más presente, mientras ojeaba telas... Le presté unos cuantos muestrarios a su elección, con la esperanza de ver a estas maduritas  a todo color.




No fue así, y las muestras volvieron al taller para seguir escondiendo su colorido en los estantes, mostrándose tímidamente en las perchas, esperando tener una nueva oportunidad en Primavera.







Ellas se fueron satisfechas, contentas con su nuevo traje. Yo me limité a hacer mi trabajo lo mejor que pude, como siempre, pero mi anhelo colorista me dejó con una sensación amarga.




Quizás es que el invierno es muy largo, y uno ya tiene carencia de la vitamina del color.










4 comentarios:

  1. Seguro que tu hubieses escogido una tela alegre que les hubiera dado muchísima mas vida, pero..... cuando el cliente manda no hay nada que hacer.
    Desde luego el tapizado es impecable y han quedado mas monas que antes.
    No siempre podemos escoger a nuestro gusto.
    Un abrazo amigo

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  2. Clara yo nunca me interpongo en la elección de la tela a no ser que el cliente me lo pida, o vaya muy perdido.Asesoro todo lo que puedo pero ya está.Es algo muy personal,y el mueble es para ellos así que intento que acierten en lo que están buscando pero que tengan libre elección.No me gusta la gente que vende las cosas que a ellos les gustan.Porque no es para ellos.Eso no es adaptarse al cliente.
    un abrazo

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  3. Que razón tienes Oscar...
    Pero me permito un guiño ;) ... Si tan vintage las quería les hubiera quedado de perlas un skay y a ser posible marrón kaky !!
    jajajaja.
    Hay quien no sabe distinguir el buen gusto ...
    Felicidades por tu impecable trabajo y buen hacer.
    Un abrazo

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  4. jajaja poca broma que yo aún lo tengo activo, ese skai.
    Sobre gustos no hay nada escrito.Y no seré yo el que lo haga.
    un abrazo Puck

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