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martes, 24 de marzo de 2015

Muebles ilustres:LC2 de Le Corbusier




“La arquitectura es el encuentro de la luz con la forma”




Hola a tod@s.Retomamos el nuevo espacio Muebles ilustres con uno de los diseños más conocidos del siglo XX.
Cuenta la leyenda que todo el mundo lo ha visto por lo menos una vez.
Nació públicamente en 1928,bajo el cielo de París y la mano de Le Corbusier,ese revolucionario arquitecto que pregonaba destruir las ciudades para levantarlas de nuevo,que imaginaba urbes de rascacielos.





Quería abrir las ciudades a la naturaleza,a sus mares,a sus ríos,a sus cielos.A la luz.


"Las formas primarias son las formas bellas,pues tienen una lectura clara"



Firme detractor de la decoración en las casas,detestaba los adornos y lo superfluo.Pensaba que los hogares eran para vivir y no para contemplarlos.

Le Corbusier buscaba lo simple.Lo funcional.Y así eran sus muebles.


Bajo la serie Grand Comfort surge éste ente de acero cromado,de líneas puras y embutido con cojines que rebosan el cubicaje del armazón.Que parecen empujar sin éxito,atrapados en una jaula de metal.






Un cuerpo liviano,que la luz se permite atravesar sin crear sombras.
Que hace la función de armazón,de contenedor impasible.



Ello contrasta con el severo volumen de sus rellenos,de crin y plumón en sus comienzos y substituido mayormente hoy en día por espumas  con una cubierta de pluma.


Éstos que les muestro pertenecen a una óptica situada en pleno centro neurálgico de Barcelona.Y no digo más.Y como el cliente los quería muy duros dado el trote abusivo que reciben en tan transitado lugar,y a sabiendas que la gente se sienta o apoya en los brazos y respaldo,le pusimos unas espumas más "durillas" de lo que cabría desear para obtener un buen confort.



En mi opinión el modelo alcanza su máxima expresión en cuero con almohadones de pluma.
Es cuando el noble acero abraza la orgánica piel,en una sinapsis de calidez y frialdad.

Pero los nuestros se hicieron en eskay. Como dice la canción.En eskay del bueno.
Un material ignífugo,anti-hongos,anti-bacterias y anti-niños.
Bueno,esto último no.Solo funciona con los bichos pequeños.

Es un trabajo que se basa prácticamente en corte y confección.Aunque luego hay que preparar,enfundar embalar y entregar bien tempranito,montándolos deprisa,antes que abran las puertas.

Con ellos les dejo.Las butacas,"el petit modele" para los caballeros.Y los sofás,el "grand modele" para las damas.Como fue concebido por Le Corbusier.



¿se ha fijado en el jarrón?


jueves, 22 de mayo de 2014

Nos vamos al teatro


Hola  a tod@s.En esta ocasión les invito a asomarse al mágico mundo del teatro.Se trata de la obra Al galop!,un monólogo escrito por Marc Hampton y Mary Louise Wilson,dirigido por Glido Torlonia y de la mano de la fantástica Carme Elias,que recrea la vida de Diana Vreeland,la famosa editora de la revista Vogue,entre otras.
Y en el taller hemos tenido el placer de aportar nuestro granito de arena en la escenografía de Jorba Miró,con...¿lo adivinan?pues sí,con un sofá.
Así que a partir de un render orientativo construimos este rojo símbolo de glamour de faldón plisado,a partir del esqueleto que ellos mismos nos construyeron,tras un buen rato de diálogos y bocetos.Y con menos tiempo del necesario.Ya saben,el espectáculo no puede esperar.



En esta entrevista dels Matins de TV3 pueden ver parte de la obra,con el sofá presidiendo el escenario.


También en el programa Atención Obras,en la 2 de TVE y dirigido por Cayetana Guillén Cuervo.
Aquí les dejo el enlace porque no me deja insertar el vídeo.
https://www.youtube.com/watch?v=srBzVMFsQM4

Y ya saben,si están por Barcelona tienen tiempo hasta el domingo 25 para visitar el Teatre Akadèmia y disfrutar de esta obra .Un saludo a tod@s.


martes, 26 de noviembre de 2013

De la rejilla al tapizado II



Ahí estaba, inmóvil, herida, temblorosa. Mirando hacia dentro, más allá de esas puertas azules. Parecía que iba a arrancar a llorar, consciente de su inquietante destino.
Supongo que no entendía muy bien el porque de esa situación. La razón de que hubiera sido abandonada frente a aquel lugar lleno de muebles rotos, desmembrados. Quizás era el fin, tal vez aquel desgüace acabase por convertirla en un tablero de aglomerado. O fuese pasto de las llamas, avivando un fuego del ya inminente invierno.
Ella que siempre había sido fiel, sumisa, callada. Nunca puso malas caras, ante las barbaridades de los pequeños de la casa. Nunca negó el descanso del invitado, refugiada en aquel recibidor, junto a la escalera de lo que sentía su propia casa. Habían pasado muchos años desde que aquella mujer la miró a los ojos, y tras esbozar una tierna sonrisa exclamó: ¡Me la llevo!
Sí, mucho tiempo pero aún podía recordar con claridad a la pequeña Clara sentada en su regazo calzándose las botas los días de lluvia. Y al abuelo Matías, que siempre descansaba unos minutos cuando regresaba del paseo. Un día de verano estuvo cerca de una hora. Luego desapareció por esas escaleras. Nunca más lo volvió a ver.

Salí a la calle, a paso lento y me planté frente a ella al tiempo que me inclinaba levemente y la cogía en brazos.
-Vaaamos...que no nos comemos a nadie. ¡Te vamos a poner bien guapa!
Y entramos al taller, como una pareja de recién casados en su luna de miel.


*     *     *     *     *

El esterillado francés ya se había roto. A diferencia de la rejilla industrial, esta técnica es artesana y el  cosido del enrejado se hace manualmente. Tira a tira. Éste sofá supondría un mínimo de 12 horas.Y aunque, como  en todo lo artesano no se cobra lo que debiere, requiere de un esfuerzo económico mayor que la propuesta del tapicero.




Así que al cliente le gustó la idea de hacerle el invento del tebeo y tapizarla.
Como no queríamos cubrir la madera vista, y la zona rebajada donde se ataba el esterillado no podía resistir un cinchado, se decidió cortar dos maderas y tapizarlas.



Primero sacamos unas plantillas de cartón. Son casi iguales, pero esquadran distinto, ya veremos como engañamos a la raya. Esto lo digo porque al ser diferentes las piezas, si le damos continuidad al dibujo las rayas morirán en zonas distintas, y el ojo eso lo ve muy rápido. Por eso usamos ese término de engañar. Torceremos un pelín las rayas para que a la vista se vea un acabado simétrico.


Y luego el DM cortado.


Y tras ponerle tres centímetros de espuma, las tapizamos...

Hummm...no me gusta. Queda demasiado elevada, demasiado cuadrada....
¡a destapizar....!!!


Así que la espuma la encolamos de esta forma, como ya hemos visto alguna vez, encolando el canto al filo del tablero.
Así conseguimos algo más parecido a un biselado.


Además de un canto muy limpio. Si la tela fuera fina, para cubrir las imperfecciones pondríamos una guata finita, pero en este caso, no hace falta.



Y las volvemos a tapizar...que no se diga.
Rematada con un vivo cosido y posteriormente clavado en la madera.
Aquí vemos como las rayas casan, no de forma milimétrica, pues hay que ir jugando para no torcerlas demasiado, y que el ojo crítico lo vea.



*     *     *     *     *


La observé tras los barrrotes, esperando su reacción, ahora que empezaba a despertar de la anestesia.
Abrió los ojos, desorientada, para descubrir su nuevo colorido, ese acolchado de rayas moradas y lilas, en forma de código binario, de unos y ceros.




Se asomó a la puerta, donde la luz mortecina de la tarde lluviosa la fue despertando, sintiéndose sorprendida de no formar parte de un armario, ni sentir el abrasivo calor del fuego.




Parecía feliz, aún con aptitud extraña frente a ese cambio inesperado, tal vez un tanto dolida porque nadie le había pedido su opinión.



Sólo pasaron unos minutos para verla sonreir, recuperada, emocionada, impaciente. Intentando por su propio pie realizar el camino de vuelta a casa.



PD: Últimamente no puedo contestar a vuestros comentarios. Pero no dejéis de hacerlo. Son la prueba de que hay alguien al otro lado.Y me encanta leerlos. Muchísimas gracias, queridos lectores.


domingo, 22 de septiembre de 2013

El tresillo de algodón


En esta ocasión mostramos un antiguo tresillo, de aspecto valiente y corte elegante. Así llegó, trabajado aún a la vieja usanza, con todas las piezas cosidas a mano, clavado a gabarrotes, perfilado con tachas, con sus indestructibles muelles helicoidales en el asiento y los brazos, y rellenos de arpillera y crin.





*     *     *     *     *


Las patas también necesitaban un nuevo traje.
Hicimos tratamiento para la carcoma, lijado, tintado, barnizado...lo típico.






 *     *     *     *     *

Los asientos se cosen a mano para que al sentarse, cuando bajen los muelles, le acompañe la tela.




La tela es una delicia 100% algodón de Tapicerías Gancedo. Con un dibujo con relieve, como un gofrado. Y en un crudo que la hace más natural, más fresca, más liviana.



-¿Te he dicho que eres una preciosidad?-le susurré.
Ella calló, y se arrugó coquetamente, ruborizada...
-Eres como una nube...una nube de algodón...

*     *     *     *     *

sábado, 22 de junio de 2013

Una rinconera Stella


Hola a tod@s.
Hoy vengo a mostrarles a nuestra humilde y eficiente Stella en formato rinconera, con unas medidas de 2,90 x 1,80 metros, con un solo brazo y el respaldo más alto. La altura de la caja del asiento también se adaptó al cliente. Todas estas variaciones le permiten tener un sofá adaptado a su estancia, y lo que es más importante, a las medidas de su cuerpo. Porque hay un sofá para cada persona, y éste es el suyo.




Aparte de las plantillas individuales tengo ésta que dibuja el perfil del sofá a escala 1:1
Esto me permite visualizarlo y, metro en mano, ir tomando medidas para sacar las plantillas que necesitan las variaciones.



Como por ejemplo las de los cojines del respaldo, con una nueva anchura y más altura, muy a pesar de la estética. Todos son de la misma medida, a excepción de los del rincón, que van ingletados.





 El armazón o esqueleto lo construyó mi fiel carpintero, León. Se hizo en dos piezas, un módulo con brazo y otro "manco" unido de una pieza al rincón. Costillas cada 45 centímetros para evitar hundimientos en el futuro, y todo debidamente encolado para conseguir una construcción sólida que perdure en los años.





Lo cinchamos y lo forramos con espuma de 1 cm de 25kg, y una galca en el asiento, para que ejerza fuerza bajo las rodillas.


Y aquí la funda colocada, a punto para tapizar.




Las patas también son artesanales, barnizadas al natural, a juego con los marcos de las puertas.




Para los rellenos usamos en los asientos espuma de 30 kg haciendo un bocadillo, como ya expliqué aquí, y respaldos rellenos de fibras de napa (airfiber). Los cojines son a doble cara, pudiendo voltearlos y prolongar la vida del tapizado.

Y así quedó, lista para sustituir el espacio que ocupaban un sofá y un sillón, optimizando una salita de apenas 15m2, y dando cabida al doble de personas sin cubrir una sola baldosa más.
Sencilla, sí, pero fiable, duradera, sostenible y lo más elemental, terriblemente cómoda.




sábado, 27 de abril de 2013

Isabelino, como el buen vino


Hola a tod@s. Hoy les vengo a mostrar una pieza de esas que recuerdan los orígenes, de donde venimos, como eran las cosas antes de que la tecnología cambiase el modo de hacer de prácticamente todo.
Y soltamos el acelerador de la máquina de coser, escondemos las espumas, las cinchas, la cola, toda esa química que se ha infiltrado en el día a día. Cogemos las agujas pinchadas en el saquito de la pared, sacamos de paseo los ovillos de cáñamo y pita, deshacemos alegremente el rollo de yute, y el olor a cuerda invade el aire, mientras uno se embriaga de sus aromas y matices.




Isabel se presentó sin avisar, bajando ágilmente de la furgoneta y plantándose frente a mí, casi sin darme tiempo de reacción. La observé, con asombro, y mis pupilas dibujaron las curvas imponentes de la caoba, que custodiaba ese bosque tejido que debía desaparecer.


Tras unos días por el taller, y a pesar de que no era su turno, decidí meterle mano. La verdad es que le tenía ganas y la impaciencia me pudo.
La curiosidad me aporreaba, quería ver que había más allá de esos pajaros que llevaban cantando tantas primaveras. Necesitaba valorarlo y saber a qué me enfrentaba.

*****

Pero la emoción se vino a menos al descubrir bajo el tapizado otra tela, y debajo otra...¡con la pasamanería y todo!

Aparte del trabajo extra y gratuito que supone el regalito que el simpático señor de la tela verde nos dejó con todo su cariño, me parece una falta de respeto hacia el mueble trabajar de esta manera. Y una falta de respeto al oficio, y a los que vienen detrás.






 Esa frontera entre el tejido y el barniz había sido violada y ninguneada...
¿ésto cómo lo arreglamos?¿con photoshop?




Visto esto, el sofá necesitaba una dosis extra de cariño.
Con su alma herida parecía estar gritando: Tapízame...


Y tiempo hubo para darle, ya que la tela de GP&J Baker tardó tres meses en llegar.
Vino para pasar las Navidades y se quedó el resto del invierno. Aunque por mí, se podría haber quedado para siempre. Cada mañana al pasar por delante Isabel me miraba, desnuda, con su alma herida y sus ojos esperanzados. Siempre obtenía la misma respuesta.
-Debes tener paciencia. Ya sabes, los ingleses van a su ritmo...
Como por su vejez había adquirido esa cualidad, esperó y obtuvo su premio, sabiendo que todo tiene su momento.

 *****

Y el suyo había llegado.






Las rayas vuelven a ser protagonistas, contrastando con sus líneas rectas, que visten un cuerpo carente de ellas. Creando un efecto de tensión, una batalla en la que las curvas consiguen doblegar y serpentear a las rayas. Y es que Isabel no es un mueble cualquiera. Tiene mucho carácter.








Se terminó con doble vivo a petición del cliente. Primero cosido, y luego grapado entre los dos cordones, para que quede cerrado.




*****

La furgoneta volvió a asomar por la puerta. Ella se subió, sin despedirse, y desapareció tras los portones tintados. Volví a entrar al taller. Parecía vacío, desdentado. Volví a sacar las espumas, las cinchas, la cola, y guardé las agujas en el saquito de la pared, mientras el olor de Isabel se iba desvaneciendo, y mi conciencia regresaba de un viaje al pasado...