lunes, 6 de enero de 2014

Aventuras y desventuras de un tapicero:¡¡Que vienen los reyes!!

-



De esto hace ya mucho tiempo.Aquel taller de apenas 30 metros cuadrados podía verse en su totalidad desde la calle, en ese chaflán de la calle Porvenir, tal vez como un augurio de que vendrían tiempos mejores.Por razones que no vienen al caso nos habíamos quedado sin furgoneta.Un diminuto Seat 127 verde permanecía aparcado frente a las cristaleras.¡Qué divertido era aquel carro,llevaba unas ballestas en la amortiguación delantera, era como conducir un kart!

Entré al taller,donde mi padre estaba dándo los últimos toques a los almohadones de los sofás.
-¿Y cómo vamos a llevar esto?-pregunté.
-En la vaca podemos poner los sofás y las sillas dentro-contestó.
Volví a asomarme a la puerta para mirar el coche mientras negaba con la cabeza, incrédulo.No íbamos muy lejos,apenas unas calles,pero la idea de cruzar el barrio en unos sofás rodantes no me hacía ni pizca de gracia.

-¿Y si los llevamos andando?
-¿Qué dices?.Andando son cuatro viajes.Y ésto pesa como un muerto.Los llevamos en el coche,que es un momento...
Papá sonrió, al ver mi cara de preocupación.
-No te he contado nunca que cuando eras pequeño metí en el seiscientos,encima la vaca y en el remolque: Un tresillo,una cama turca y veinticuatro sillas…
-Sí, sí claro que me lo has contado…

Así que pusimos la vaca en el techo y montamos un sofá sobre el otro,y a duras penas pudimos hacer entrar las sillas,eso sí,sin cerrar el portón trasero.Aquello levantaba más de tres metros, el coche casi ni se veía.
Empecé a recordar aquellos árabes que cruzábamos en la autopista yendo y viniendo de Marruecos a Francia con la casa a cuestas,y los enormes bultos en la vaca del techo.

Ya había oscurecido hacía unas horas, cuando bajamos la persiana del taller y arrancamos el coche.
-Si eso yo voy andando y nos vemos allí…
-Anda no seas tonto, sube…
-¡Soy un adolescente, tengo una reputación que mantener!-protesté.
-No eres adolescente, ya tienes dieciocho.Venga, sube.
Y subí. Apenas iban a ser tres minutos, llegaríamos a casa del cliente y podríamos desmontar todo aquel tinglado,entregar y cobrar.
-Todo acabará pronto-me repetí a mí mismo.
Callejeamos hasta el paseo y cogimos la calle que nos llevaría a Rubió i Ors.Es la avenida más importante del barrio, la más transitada.
-Anda que como nos pille el urbano ese nos quita el carné a los dos.
-Jaja ¿pero cómo nos va a quitar el carné a los dos?-contestó papá burlándose.
-Ya, con la mala folla que tiene…
-Bueno, es invierno, hace frío, es de noche-pensé.Aunque sabía que algo no iba bien.
Ya se vislumbraba la esquina al final de la calle.Un calmado bullicio empezó a llegar a nuestros oídos.Empezamos a ver gente en las aceras.Más de lo que se esperaba.
Llegamos a la esquina.Las anchas aceras estaban abarrotadas de gente,de adultos,de ancianos y de niños.Muchos niños.
-¿Eh?¿qué es lo que pasa aquí?-pregunté en tono asustado.
-¡Ostras, la cabalgata de los reyes!-contestó mi padre.
Pues sí. Absortos por el trabajo, por entregar aquel pedido habíamos olvidado por completo que era día cinco de Enero, y daban ya las ocho y media de la tarde.




Entramos a la avenida, lenta, muy lentamente.Esta imagen deben imaginarla a cámara lenta,algo así como las series de manga,donde la acción se ve sometida a un loop constante que retrocede en el tiempo una y otra vez.Y los ojos de un servidor también se convertieron en manga, redondos como platos,saltones y temblorosos,sin dar crédito a la situación.



El griterio se ensalzó al instante, decenas y decenas de cabezas se giraron con asombro…
-¡Que vienen los reyes!-empezaron a gritar entre risas-¡Ya están aquí!¡Que traen los sofás!¡Mira mira...!¡Jajajaja!¡Ostia qué bueno...!¡Mamá mamá los reyes...!-gritaba el populacho.
Y el gentío nos hizo el pasillo,mientras los más pequeños se alborotaban riendo y haciéndonos gestos con las manos,creyendo realmente que formábamos parte del espectáculo.
-Jajaja-reía mi padre mientras sacaba el brazo por la ventanilla y giraba la muñeca al más puro estilo Borbón.
-¡Somos los reyes...!¡Jajajaja!-gritaba.
-¿Qué haces?¡Pero no saludes…!
Pero ya era tarde, el pueblo respondió y nos hizo la ola, mientras yo intentaba desaparecer engullido por aquel pequeño asiento,sin conseguirlo.
Tal como íbamos avanzando aparecía más gente que nos iba cerrando el pasillo,cada vez más alborotada,al descubrir aquella extraña carroza de sofás rodantes,intentando descubrir quien iba dentro,si un paje o tal vez un rey.
Aquellos apenas cien metros se hicieron eternos,he visto capítulos de Oliver y Bengie que concurrían con más fluidez.Era como estar atrapado en un bucle de tiempo.
Por la calzada apareció aquel guardia con el que no nos queríamos cruzar,apresurado,dirigiéndose hacia nosotros…
-Ahi va, el que faltaba…-murmuré-el mala folla.Ya nos ha pillao.
-¡Vamos,vamos,circulen, circulen!-gritó el urbano,haciéndonos nerviosos aspavientos con su imperpérrita cara de hastío.
Giramos a la izquierda y llegamos a casa del cliente.Mi padre aún reía con fuerza.Me miró,buscando complicidad.Salí del coche,sin decir nada,y empecé a deshacer los nudos de las cuerdas que amarraban los sofás.
-¡No pienso salir a la calle en un mes!-maldecí.

                   *   *   *   *   *




La juventud a veces nos hace reaccionar de forma desmedida,tal vez impulsada por esas hormonas en constante ebullición.Ahora, ya curtido por los años seguramente hubiera reaccionado como mi padre,y hubiese disfrutado de mi minuto de gloria,saludando a la plebe y tirándoles caramelos.
¡Y qué narices! Hubiera sacado el megáfono para cantarles la famosa cancionela:
¡Ha llegado el tapicero.Señora,el tapicero.Se tapizan sillas, sillones,butacas,descalzadoras…!


*   *   *   *   *   *   *

Un saludo a tod@s y que los reyes no les traigan mucho carbon.





11 comentarios:

  1. Feliz Año, Oscar y Feliz Día de Reyes! Como me he reído y me emocionado con tu cuento!!! Así, como lo cuentas, es tan real, tan divertido y tan... humano. Es un "recorte" maravilloso de la vida con sus encantos, con sus verdaderos valores: el trabajo, las emociones y las tradiciones.
    Gracias, por alegrarme este día, con un recuerdo tan bello!
    Abrazos!!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Tú sí que eres humana Marga.Me alegra mucho haberte sacado una sonrisa, era lo único que pretendía.Feliz año!
      Un abrazo.

      Eliminar
  2. !Qué recuerdos!. Me acuerdo de mi tia con toda clase de muebles en la baca del seiscientos haciendo el traslado de casa. Me ha gustedo mucho tu historia y recordar esa verguenza que sienten los adolescentes por cualquier cosa. Besos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Jajaja es que el seiscientos era pequeño pero matón.Eran otros tiempos,ahora está todo prohibido.
      Y no hace falta que te excuses todos sabemos lo que pasa con las tablets.Besos.

      Eliminar
  3. Perdón: me ha gustado y vergüenza porque escribo en una tablet y no lo hago bien. Besos

    ResponderEliminar
  4. Qué chulo el post! Me ha encantado respirar el aire de otros tiempos, ese que nos hacen ser lo que somos. Vivan los Reyes!

    ResponderEliminar
  5. GRACIAS POR EL RELATO,ESTUPENDO COMO SIEMPRE,Y POR LA NOSTALGIA DE UNA JUVENTUD QUE NOS HIZO MÁS HUMANOS.

    ResponderEliminar
  6. Que bueno Óscar!!! ja,ja,ja. Menuda aventura. Esas cosas son la sal de la vida, no se olvidan nunca.
    Me encantó tu relato-tapicero amigo.
    Un abrazo enorme

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Cómo lo sabes,ésta es la prueba de que no se olvida jaja.Salvo los detalles,que no recuerdo si eran dos sofás o un tresillo, si metimos sillones dentro o las sillas arriba junto al sofá.Pero fuera como fuera no hubiera perdido un ápice de espectacularidad.Un abrazo Clara.

      Eliminar